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Es definitivamente una de las obras más bellas del autor. Nos encontramos con un puente romano del cual podemos apreciar dos arcos de medio punto bajo los cuales discurren unas aguas tranquilas. Un sendero flanqueado por árboles aparece en un segundo plano sobre el mismo.
El cuadro tiene una plasticidad extrema y la imagen resulta suave y delicada confeccionada con tonalidades turquesas y verdosas. Toda la pintura destila tranquilidad y sosiego pero quizá y debido a la elección cromática, todo ello parece un bosque encantado, un país azul de hadas, de cuento.
Es definitivamente una de las obras más bellas del autor. Nos encontramos con un puente romano del cual podemos apreciar dos arcos de medio punto bajo los cuales discurren unas aguas tranquilas. Un sendero flanqueado por árboles aparece en un segundo plano sobre el mismo.
El cuadro tiene una plasticidad extrema y la imagen resulta suave y delicada confeccionada con tonalidades turquesas y verdosas. Toda la pintura destila tranquilidad y sosiego pero quizá y debido a la elección cromática, todo ello parece un bosque encantado, un país azul de hadas, de cuento.