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Este cuadro presenta tres licoreras sobre una bandeja junto a una vela que se está consumiendo y cuya cera gotea.
No es gratuito la presencia de esta única vela pues es un símbolo presente en la masonería , creencia del pintor, donde se considera que las velas sirven para desvelar e iluminar los secretos. Encender una vela es todo un ritual, y una manera de invocar fuerzas superiores.
Las tres licoreras talladas y la copa han sido retratadas con una pincelada realista pero algo difusa y crean junto a la vela una atmósfera algo antigua como un eco de pasado.
Es muy curiosa la base sobre la que se sustentan pues parece que se trate de la superficie del mar. Todo el conjunto destila belleza pero a la vez una extraña situación de desasosiego, de misterio. No deja a nadie indiferente.
Este cuadro presenta tres licoreras sobre una bandeja junto a una vela que se está consumiendo y cuya cera gotea.
No es gratuito la presencia de esta única vela pues es un símbolo presente en la masonería , creencia del pintor, donde se considera que las velas sirven para desvelar e iluminar los secretos. Encender una vela es todo un ritual, y una manera de invocar fuerzas superiores.
Las tres licoreras talladas y la copa han sido retratadas con una pincelada realista pero algo difusa y crean junto a la vela una atmósfera algo antigua como un eco de pasado.
Es muy curiosa la base sobre la que se sustentan pues parece que se trate de la superficie del mar. Todo el conjunto destila belleza pero a la vez una extraña situación de desasosiego, de misterio. No deja a nadie indiferente.