Este óleo retrata un monasterio con su torre campanario y varias estructuras anexas que lo integran , uno de tantos de los que se encuentran desperdigados por toda la Península Ibérica.
Se encuentra encuadrado en medio de la naturaleza con un ciprés en primer plano y una montaña de fondo.
Una paleta de colores ocres y verdes como la misma tierra y el paisaje reflejan un entorno sereno y natural transmitiendo esa serenidad atemporal que respiramos ante un monasterio que parece llevarnos a otra época.
Este óleo retrata un monasterio con su torre campanario y varias estructuras anexas que lo integran , uno de tantos de los que se encuentran desperdigados por toda la Península Ibérica.
Se encuentra encuadrado en medio de la naturaleza con un ciprés en primer plano y una montaña de fondo.
Una paleta de colores ocres y verdes como la misma tierra y el paisaje reflejan un entorno sereno y natural transmitiendo esa serenidad atemporal que respiramos ante un monasterio que parece llevarnos a otra época.