Este bodegón helado recoge una imagen de una copa, una rosa y un rácimo de uvas cubiertas por la escarcha. Parecen haber sido olvidadas en una mesa frente al mar. Una valla sobre la que encontramos un palmo de nieve y un cielo tormentoso cierran la escena.
Todo ello está retratado con un predominio total de los tonos azules, algo malva y la cerca que aporta cierto tono marrón a la madera. La elección del azul contribuye a crear esa atmósfera de frío.
Nadie en escena lo que acrecienta esa sensación de soledad, de frío, la bebida, la flor muerta quizás en una simbología sobre un amor truncado, del que ya no queda más que un recuerdo helado.
Este bodegón helado recoge una imagen de una copa, una rosa y un rácimo de uvas cubiertas por la escarcha. Parecen haber sido olvidadas en una mesa frente al mar. Una valla sobre la que encontramos un palmo de nieve y un cielo tormentoso cierran la escena.
Todo ello está retratado con un predominio total de los tonos azules, algo malva y la cerca que aporta cierto tono marrón a la madera. La elección del azul contribuye a crear esa atmósfera de frío.
Nadie en escena lo que acrecienta esa sensación de soledad, de frío, la bebida, la flor muerta quizás en una simbología sobre un amor truncado, del que ya no queda más que un recuerdo helado.